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Primavera del 2009
Lo que empezó el 15 de septiembre de 2008 como el estreno de una crisis financiera e hipotecaria dentro del mercado de los Estados Unidos de América, pronto se convirtió en el tristemente célebre Octubre Negro, que terminó por hundir a los mercados mundiales en una crisis económica global sin precedentes. Desde entonces, mucho se ha hablado acerca de la profundidad y duración de ésta. Personajes como Bill Gates, dueño mayoritario de Microsoft, pronosticaron una duración mayor a cuatro años y una caída significativa del poder adquisitivo de la personas. Nadie, o casi nadie, se atrevió a ponerle número a la casa, lo que sí quedaba claro es que esta crisis afectaría a todos en mayor o menor medida, y que su duración trascendería el año 2009. En esta ocasión, México no es el origen, sin embargo, el epicentro del terremoto financiero se localizó apenas a unos pasos de nuestra frontera norte. El efecto en la economía mexicana supone ser abrumador. Pero como todo terremoto, las ondas expansivas tardan algo de tiempo en llegar a territorios más distantes. Es decir, el coletazo de la crisis se empezó a sentir en México en los inicios del 2009.